La preparación de las XXIV Jornadas están llegado a su ecuador. Están disponibles los textos de orientación y los ejes clínicos, apuestas de colegas que nos ofrecen los frutos de su investigación. Son los primeros trabajos que aparecen y van marcando la tónica de definición y avance del tema a tratar: acto, a-tiempo y dimensión clínica de sus consecuencias. Os recomiendo, aunque seguro que lo habéis hecho ya, que os familiaricéis con los textos. Son breves y agudos, y rastrean las coordenadas más importantes del asunto que nos traemos entre manos. Voy a intentar hacer un pequeño recorrido por algunas de las ideas más relevantes que se están fraguando.
- Varios colegas enfatizan, respecto a la consideración del acto, su relativa polisemia, que refleja las distintas magnitudes del mismo. Del lado de Freud, nos situamos principalmente en su expresión variada en la clínica, que incluye actos no tan fallidos, otros aparentemente inmotivados e imprevistos, algunos bajo el signo de la urgencia y la sustracción del sujeto. Sus efectos nos ayudarán a la comprensión misma de la responsabilidad de cada cual y del sentido de la derivación de sus consecuencias. Así, emerge, en primer plano, el deber ético de asumir la vinculación con el deseo que demuestran las formaciones del inconsciente y, más aún, la implicación con modos de satisfacción enraizados en el propio malestar.
- Por su parte, Lacan, de manera progresiva a lo largo de su enseñanza, pero sobre todo en un momento fecundo de la misma, se centra en la dimensión del acto analítico. María Navarro1 en su texto resalta que se trata de un concepto inédito, pues se distinguirá de otros usos, ya que no es un acto motriz, ni un actuar en una profesión, tampoco del hacer (imaginario) de un analista. Lacan lo expresa: «nadie había siquiera pensado nombrar [el acto psicoanalítico] como tal antes que yo»2. Una invención lacaniana. Invención derivada del propio deseo de Freud, que dota al inconsciente de un nuevo estatuto, desconocido hasta entonces, del que resaltamos su dimensión ética. Por ello, reserva una posición muy exigente para el analista, de la que es fruto un deseo también inédito. A partir de cierto momento de su enseñanza, Lacan produce un viraje en el modo en que plantea el quehacer del analista. No se trata ya de dar sentido; un análisis no se reduce a una tarea de desciframiento de la verdad del sujeto, sino de ubicar el goce en juego. En su empeño por situar la especificidad del acto analítico, Lacan destaca que, si bien parte de una operación significante, toma su especificidad del objeto a. En seminarios previos, la interpretación ocupaba un lugar central como intervención significante que revelaba el saber inconsciente; sin embargo, ya en La lógica del fantasma, y de manera más evidente en El acto analítico, Lacan señala sus límites. Como nos recuerda Paloma Blanco3: por sí sola, la interpretación no garantiza una mutación subjetiva estructural. Es el acto el que introduce una discontinuidad en la cadena significante, una ruptura que toca el ser y produce efectos de sujeto que no se reducen a la dimensión del sentido. Esta reorientación conlleva una reconsideración radical de la propia práctica analítica. La clave no es ya lo que se interpreta, sino lo que se produce en acto y que solo puede verificarse retroactivamente, a partir de sus consecuencias. Pero no se trata de una mera devaluación de la interpretación. La primacía del acto sobre la interpretación no implica su abandono, sino una relativa subordinación estructural. La interpretación puede provocar desplazamientos, pero solo el acto produce un corte. Margarita Bolinches4 lo detalla con acierto, cuando disecciona el título de las Jornadas y relaciona la lógica de las consecuciones con el tratar de verificar la función del acto por sus efectos de cambio subjetivo en el decir del analizante, que conlleva mutaciones de goce. Correlativamente para el analista se tratará de verificar la validez de su acto como tal por los efectos que puedan o no emerger.
- En este punto, los autores se interesan por situar, con sus singularidades, el acto del lado del analizante y del analista, aun sin perder de vista la distribución entre trabajo analizante y acto analítico. Lacan sitúa el «hacer» del lado del analizante y el «dejar hacer» del lado del analista. No se trata de una mera pasividad, sino de propiciar la operación de la invención del sujeto, de dejar advenir el sujeto supuesto saber. Inicialmente el analista encarnará el lugar del sujeto supuesto saber, pero no para ejercer una autoridad, sino para hacerlo existir en el analizante. En cierta manera, la presencia del analista transcurre entre ese «dejar hacer» y el acto analítico, para permitir la emergencia del inconsciente, en su doble condición transferencial y real. Como dirá Lacan, el inconsciente no es perder la memoria, es no acordarse de lo que se sabe. Esto lo podemos rastrear muy bien en el texto de Santiago Castellanos5.
- Por su parte, Gabriela Medin6 introduce aquí una interesante consideración en cuanto a la separación y la constitución subjetiva. Es en el acto de separarse del Otro en el que el sujeto se parte, se separa de una parte de sí mismo y a su vez se pare como sujeto. Jacques-Alain Miller lo ilustra de modo que a lo largo de la infancia hay distintos momentos en que este movimiento de separación se actualiza en actos que muestran que si el «acto es siempre auto» es porque separa del Otro. Gaby recoge esta cita al respecto: «En el corazón de cualquier acto hay un no. Un no proferido al Otro». Son los tiempos lógicos, en la lógica del a-tiempo, los que permiten ubicar en qué punto se encuentra respecto de la relación con el Otro; incluso esos tiempos lógicos marcarán su responsabilidad respecto del acto.
- Mencionamos aquí efectos y consecuencias que están sujetos a un tiempo no necesariamente inmediato, sino a un tiempo condicionado por la respuesta singular de cada sujeto. Estas son las condiciones del a-tiempo, subvirtiendo cualquier presión cronológica. El a-tiempo es también expresión del no hay relación sexual. Por ello, «Hace falta tiempo»7, son palabras de Lacan. Por parte del analista, la paciencia es la posición que corresponde precisamente a lo real. Y no siempre es fácil orientarse por esta indicación. El control es una alternativa indispensable en esta coyuntura.
- Asimismo, el texto del eje que corresponde a Gustavo Dessal8 se dirige a la temporalidad del sujeto. Durante la cura el acento no está puesto sobre el acontecimiento vivido en sí, sino en el acto de un decir al respecto, en el «cómo se vivió» y en el «desde dónde» se dice. Ello demuestra que la historización no sigue un curso lineal, que el presente resignifica el pasado, y que, en esas operaciones, el pasado determina condicionantes significativos sobre el porvenir.
- Pero cuando echa a andar esta trayectoria es posible hablar del «acto de entrada» de un análisis, que compromete no solo el significante de la transferencia, sino que el analista se ubique como objeto a, dado que «es desde allí desde donde podrá llevar al sujeto a aprehenderse en su valor de goce». Santiago Castellanos recoge la consideración del acto de lado del analizante de consentir a hacer un recorrido analítico, un sujeto que hace la experiencia de que no sabe lo que dice y que no sabe quién es.
- Podemos ir un poco más allá, frente a ello: «El analista que realiza su acto no opera a partir de su inconsciente. Se supone que no debe interferir con sus propias asociaciones. Si esto ocurre, se trata de un lapsus del acto, que entonces puede ser interpretado». Por tanto, el acto no es una acción del analista como sujeto, sino una operación que lo instituye como función. En efecto, el analista se convierte en semblante del objeto a, como repetíamos en una época, o creo que mejor indicado, objeto a él mismo, inscrito en la lógica del semblante. Y en esa misma operación el analista se desubjetiva, y como objeto descompleta.
- Y al final, el acto, también, de parte del analizante. Lacan aborda la experiencia analítica desde la perspectiva del acto que determina el comienzo del análisis y el acontecimiento de su final. Son dimensiones diferenciadas del acto. Al comienzo, el analizante consiente, cruza su Rubicón particular. Este acto es el del analizante, pero el acto psicoanalítico propiamente dicho es, como venimos comentando, territorio del psicoanalista, que ofrece abrir el campo del sujeto supuesto saber donde se descifra el inconsciente.
- Un acto de separación también, acto final del analizante, que abre la vía al pase, al paso de analizante a analista. El acto de separación del analista implica un desprendimiento en el que se produce también la separación del objeto y el encuentro con el resto de goce indecible. Lacan remarca en el Seminario El acto analítico9, que «La función del psicoanálisis se caracteriza claramente por el hecho de que instituye un “hacer” mediante el cual el psicoanalizado alcanza un cierto fin». Aquí se evoca un horizonte en el que hay un final del análisis, y que, para ello, el acto analítico está al servicio de permitir una transformación de la relación del sujeto con la exigencia pulsional, un desplazamiento de un modo singular de goce.
Manuel Montalbán Peregrín
- Navarro, M., «La subversión del acto». Texto de Orientación de las XXIV Jornadas de la ELP. https://acto.jornadaselp.com/el-acto/to-la-subversion-del-acto/
- Lacan, J., El seminario, libro 16, De un Otro al otro, Buenos Aires, Paidós, 2020, p. 309.
- Blanco, P., «La primacía en Lacan del acto sobre la interpretación». Texto de Orientación de las XXIV Jornadas de la ELP. https://acto.jornadaselp.com/el-acto/to-la-primacia-en-lacan-del-acto-sobre-la-interpretacion/
- Bolinches, M., «Algunas consecuencias sobre el tiempo y el acto». Texto de Orientación de las XXIV Jornadas de la ELP. https://acto.jornadaselp.com/el-acto/to-algunas-consecuencias-sobre-el-tiempo-y-el-acto/
- Castellanos, S., «El acto analítico: un “antes” y un “después” ». Texto de Orientación de las XXIV Jornadas de la ELP. https://acto.jornadaselp.com/el-acto/to-el-acto-analitico-un-antes-y-un-despues/
- Medín, G., «Separación y acto». Texto de Orientación de las XXIV Jornadas de la ELP. https://acto.jornadaselp.com/el-acto/to-separacion-y-acto/
- Miller, J.-A., «Presentación de El nacimiento del Campo Freudiano». EOL TV, 10 de junio de 2023.
- Dessal, G., «Repetición, iteración y a-temporalidad de la pulsión. La escansión». Eje de las XXIV Jornadas de la ELP. https://acto.jornadaselp.com/el-acto/eje-repeticion-iteracion-y-a-temporalidad-de-la-pulsion-la-escansion-2/
- Lacan, J., El Seminario, libro 15, El acto psicoanalítico. Clase del 6 de diciembre de 1961. Inédito en español.