Rasgo: La certeza del cuerpo y la creencia en el significante
Cuando decimos o escuchamos la palabra “certeza”, esta nos remite automáticamente a la psicosis. Tenemos muy presentes frases como “la certeza en la psicosis”, “la certeza del psicótico”, “la certeza como obstáculo al análisis”, “la certeza del delirio”, etc.
La certeza no se deduce de ninguna lógica. Del lado de la certeza, el sujeto se separa de las significaciones, del sentido. En la psicosis, una idea se impone, estableciendo una certeza a partir de la cual se encontrarán, por todas partes, los indicios que la confirmen.
Pero cuando hablamos de “certeza del cuerpo” en el caso de sujetos trans, la orientación hacia la psicosis se tambalea. Si puedo decir, los analistas ya no tenemos la certeza de la estructura psicótica.
Se trata de otra certeza, “la certeza del cuerpo”. ¿Qué diferencia la certeza del delirio de la certeza del cuerpo en el trans?
En el trans aparece en primer lugar la certeza de estar o haber nacido en un cuerpo equivocado. El trans se presenta con la certeza de que su cuerpo no es el que debería ser. No se trata de querer ser, no dice “quiero ser un hombre” o “quiero ser una mujer”, sino “soy un hombre” o “soy una mujer” con el cuerpo del otro sexo.
No parece que se trate de una elección, es decir, no se plantea ninguna duda, no hay incertidumbre, no se busca en el Otro una respuesta sobre sí mismo.
El discurso trans emerge dentro de los discurso contemporáneos comandados por el “yo soy lo que digo”. Y así, nos encontramos con una forclusión generalizada de lo real, el sujeto y el inconsciente. ¿Es la certeza del sujeto o es la certeza del discurso ideológico la que empuja al borramiento del inconsciente, al borramiento del sujeto dividido porque esto va en contra de la idea de un yo idéntico a sí mismo?
J.-A. Miller en “La cuestión trans en el psicoanálisis” dice: “En el fondo de la ideología trans hay esto: que el ser humano es antes que nada un sujeto de derecho. ¿Qué es un sujeto de derecho? Es un sujeto idéntico a sí mismo. Es un sujeto que responde a la ecuación yo = yo.”1
Es decir, se trata de un sujeto al que no le cabe división alguna, que rechaza la interpretación, que incluso manifiestan, esta interpretación, como una amenaza para el sujeto trans. Y volvemos a preguntarnos si esta certeza se encuentra en el uno por uno o está sostenida por la ideología.
Es cierto que, para dejarse arrastrar por la ideología, hay un sujeto en el que la creencia falla. El trans no cree en el significante, no hay una pregunta al Otro, sino más bien una imposición, “soy lo que digo”, no hay una articulación S1-S2, un consentimiento a la articulación significante sino, como dice Laurent: Estamos ante un desplazamiento de la relación S1-S2 en una relación entre S1-a.
Si para el psicoanálisis, los conceptos como transferencia, es decir, el establecimiento del Sujeto supuesto Saber, el de cadena significante, el de sujeto dividido…, así como la pregunta al Otro que tiene el saber, el enigma a descifrar por el Otro, la enunciación… suponen la entrada en análisis, ¿cómo maniobrar en estos casos donde todo esto no aparece de entrada?
La posición del analista es estar advertido en todo momento, y ser capaz de responder a lo nuevo. Y sabemos que estas respuestas no pueden venir más que de la propia clínica.
Ya Lacan nos orientaba en 1971: “Un órgano no es un instrumento más que por mediación de esto, en lo que todo instrumento se funda: que es un significante.
El transexual no lo quiere en calidad de significante y no así en calidad de órgano. En eso padece un error, que es justamente el error común. Su pasión, la del transexual, es la locura de querer liberarse de ese error, el error común que no ve que el significante es el goce y que el falo no es más que su significado. El transexual ya no quiere ser significado falo por el discurso sexual que, lo enuncio, es imposible. Su único yerro es querer forzar mediante la cirugía el discurso sexual que, en cuanto imposible, es el pasaje de lo real”.2
Lacan plantea que el trans, al confundir el pene con el falo, se niega a hacerse representar por el significante.
¿Qué es lo que falla en el paso del falo como imaginario (que no se distingue del órgano) hasta hacer del falo un significante?
¿Qué falla de las identificaciones simbólicas que hacen que el sujeto se aliene a los significantes del Otro mientras el “yo soy” se sitúa en el imaginario?
En los “Paradigmas de goce”, Miller dice: “Hay una parte de la clínica de Lacan que consiste en referir ciertos fenómenos de ruptura de la cadena simbólica con las respectivas emergencias de goce imaginario”.3
Quisiera hacer mención de dos comentarios escuchados a madres de dos jóvenes trans, uno hombre y la otra mujer.
En uno de los casos se trata de un joven trans de 24 años y del que su madre recuerda que a la edad de cuatro o cinco años, y siendo una niña, le preguntó: “mamá, ¿siempre voy a ser una chica o, cuando sea mayor, seré un chico?”. Podríamos hablar aquí de esa emergencia del goce imaginario al que hace referencia Miller, o la fantasía de la niña que al verificar que no tiene pene piensa “ya me crecerá”, quedando del lado de la histeria. ¿Qué de más hay para pasar de la fantasía imaginaria a lo real del cuerpo? ¿Cómo se convierte esta pregunta dirigida al Otro en certeza del cuerpo sin la intervención del Otro?
El otro caso se trata de una madre muy angustiada que cuenta (de su ahora hijo): “siempre fue una niña muy femenina, muy coqueta, que hasta los 12 años hacía gimnasia rítmica de competición”, y me enseñó fotos de ella con sus maillots de lentejuelas y su maquillaje ad hoc. ¿Cómo y cuándo decidió que eso ya no era ella?
Como vemos, son dos posicionamientos muy diferentes, dos caminos de dos sujetos que para llegar a la certeza han atravesado dos singularidades que les ha llevado a hacer el tránsito.
Muchas preguntas a las que algunas, no todas, podrá responder la clínica psicoanalítica con la escucha del uno por uno.
Juana Planells
- Miller, Jacques Alain. “La Cuestión Trans en el Psicoanálisis y para los Psicoanalistas”. https://psicoanalisislacaniano.com. 29/05/2021.
- Lacan, Jacques. El Seminario, libro 19, …o peor. Paidós, Buenos Aires, 2012, p. 17.
- Miller, Jacques Alain. “Los seis paradigmas del goce”. Freudiana nº 29. Paidós, Barcelona, agosto-noviembre 2000, p. 19.