Fixión que fixa
Para Marie-Hélène Brousse el neologismo parentalidad, es la manera de nombrar hoy en día a la familia, borrando la diferencia funcional del padre y también de la madre, imponiéndose una equivalencia, “una simetría y una igualdad entre el padre y la madre en lo que concierne al orden familiar”.
Pasando de la autoridad paternal a la autoridad parental. “La familia (parent) es…una función que viene a reemplazar al padre y a la madre, borrando el resto real que aseguraba la diferencia”.
Lacan en 1968 adelantaba esta evaporación del padre, en una intervención en la EFP, para situar la segregación como cicatriz. Un declinar del Nombre del Padre con los efectos en el orden simbólico, dejando una marca: la segregación voluntaria de comunidades de goce.
Pero Eric Laurent nos abre los ojos no puede ser ateo el parentesco moderno nos dice que se le supone un acto de fe, “fe que se funda sobre la creencia en un goce particular”. E. Laurent ubica este término parentalidad “como lo Real de la familia y la función del padre como síntoma, instrumento, para tratar el goce mortífero en el que puede estar inmerso un hijo”.
El acento puesto en el padre como función síntoma es también poner el acento en “la función instrumento que se puede usar para pasar del ideal”. Es tomar el lugar del padre “en tanto que instrumento particular y equívoco”. Ya que estamos en la última enseñanza de Lacan circulando entre lalengua y ese lugar del padre como equívocos.
El padre pasa por una evolución lacaniana hasta llegar al 4º nudo de lo RSI, “el padre es un síntoma o un sinthome” dice Lacan, Nombre del Padre como un nombre más entre otros del sinthome. ¿Esto nos puede llevar a hablar de familias sinthomáticas por estar anudadas “bajo esta forma y no ya siempre por el Nombre del Padre”?
Hablar de sinthome, es hablar de invención. Aquello que frente a la no relación sexual toca. Lacan anticipaba “Allí donde no hay relación sexual, eso produce troumatismo, uno inventa lo que puede, por supuesto”.
Algunos lo harán con el Nombre del Padre como nudo y otros con otros nudos que den solución a ese no hay. Traigo un testimonio de pase y las palabras de un escritor reconocido que abordan este tema, la solución por el sinthome, sea este el Nombre del Padre o no. Algo que marque un punto fijo como clave al enigma de lo innombrable, que permita orientarse en la vida y leer la realidad.
Mauricio Tarrab, en su libro Lo real y el decir, menciona un dicho paterno al cual una hija podía identificarse, un nombre frente a un estrago materno. Sin embargo gira esta afirmación para ponerla en duda: “¿es el padre el que opera o es el decir de la hija que capta y reconstruye el uso que ha hecho de lo poco… que se le ofrecía del Otro?”
El autor sugiere si eso que llamamos padre, y podríamos homologar a aquel que traen a las consultas, es “eso contra lo que el goce choca, encalla o se desvía”…evitando así que quedemos “a expensas del agujero de la inexistencia del Otro”.
Si en la última enseñanza de Lacan le toca al parlêtre inventar su solución, hablamos que tanto al padre como al hijo como parlêtres, ¿les tocará su parte?
Viendo la solución de un hijo. Graciela Kasanetz, se pregunta en un comentario sobre un relato de Kenzaburo Oé, acerca de la paternidad del nombre, y pasa de un relato del autor a su vida privada, para afirmar que tanto padre como hijo se sirvieron el uno del otro para hacerse un nombre.
Kenzaburo en una entrevista del 2005 confiesa cuál es la lente bajo la cual escribe: es la vida de su hijo Hikari, por un tumor tuvieron que elegir: deficiencia mental o muerte. La pareja elige la primera, hacen del niño su hijo. La madre música y el padre escritor buscan para ese hijo “algún cauce para manifestarse”, él escribe a través de los ojos de su hijo, ella escucha música en compañía de Hikari. El padre ofrece oír sonidos de pájaros grabados, el hijo nombra el pájaro que corresponde en un paseo de ambos. ¡Sorpresa! Habla, se comunica. ¿Un padre que enseña “la comunicación”?
Con un profesor de piano y una cantante aprenderá el lenguaje musical comenzando a componer. Una enunciación que surge con las marcas de sus padres: la escritura y la música. Un sinthome, el suyo, su invención.
Concluyendo “Padre e hijo se han servido uno del otro para hacerse un nombre”, un padre del compositor, un hijo del escritor. “En el nombre del hijo, en el nombre del padre”, formas singulares como únicas posibles frente a la propia locura original “nacer hijos del lenguaje”. Cada uno con la responsabilidad de inventar “sabiendo que nadie puede responder en nuestro lugar”.
Se puede prescindir de la ficción paterna al estilo de Joyce, pero parece que a veces es una fixión que fixa. Vale el equívoco.
Mirna Pol
Psicoanalista. Socia ELP Comunidad Valenciana.
- Brousse, Marie-Hélène. “Un neologismo de actualidad: la parentalidad”. La cause freudienne, nº60, L’École de la Cause freudienne, Paris, junio 2005, p.64.
- Ibid., p.66.
- Lacan, Jacques. “1968. Nota sobre el padre”. El Psicoanálisis, nº 29, Madrid, 2016. P. 6
- Laurent, Eric. “Los niños de hoy y la parentalidad contemporánea”. Conferencia impartida en la UBA, 18/05/2018: https://youtu.be/j-Y89V6ofHo
- Ibid.
- Laurent, Eric. “Un nuevo amor por el padre”. Freudiana, nº53, mayo/agosto 2008. P. 95 – 111
- Ibid.
- Lacan, Jacques. El Seminario, libro 23, El Sinthome. Paidós, Buenos Aires, 2008, p. 20.
- Fajnwaks, Fabián. “Real, simbólico e Imaginario de la familia”. Virtualia Año XII, nº26, junio 2013.
- Lacan, Jacques. El Seminario, libro 21, Les non-dupes errent. Inédito, clase 8,19 febrero 1974.
- Tarrab, Mauricio. El decir y lo real. Grama, CABA, 2023, p. 92.
- Ibid.
- Kasanetz, Graciela. “La paternidad del nombre”. Cuadernos de psicoanálisis, nº35: El dolor de existir, Madrid, 2012, p. 207.
- Ibid.
- Ibid.
- Ibid.
- Ibid.