Si la política de la Juventud de la AMP nos convoca es consecuencia de un real de Escuela que nos conmovió en el cifrado de ella. Lo que se juega es el progreso del psicoanálisis, su futuro y por ende la transmisión de su enseñanza.
Siempre estuvimos y estaremos convocados a conversar sobre el progreso de nuestra disciplina con sus diferentes aristas: admisiones, pase y lo extensivo de lo contemporáneo.
La recurrencia con la que siempre hemos vuelto a los asuntos del psicoanálisis y su lazo, ahora adviene como un real, tomando consistencia como tal, tocando los cuerpos y el futuro de la enseñanza en sí misma.
Debo admitir que me parece un real oportuno, una buena instancia de la oportunidad, un obstáculo como decía Miller el sábado pasado con el cual tenemos la posibilidad de apoyarnos, el aire de la resistencia sin el cual no podemos volar.
Este real oportuno me ha remitido a los interrogantes sobre la transferencia de trabajo en la Comunidad, como el lugar de futuras transferencias a alojar. Me ha remitido a sus particularidades, a las formas sintomáticas en la que se han constituido, con las marcas de transferencias de más allá, pero que han conformado su manera borromea de anudarse.
La transferencia de trabajo es una expresión que J.-A. Miller escande del texto de Lacan, “Acto de fundación” bajo el título. “De la Escuela como una experiencia inaugural” (1964): “La enseñanza del psicoanálisis no se puede transmitir de un sujeto a otro sino por las vías de una transferencia de trabajo”.(1)
Es decir que la transferencia de trabajo es solidaria de la transmisión del psicoanálisis, y funciona, fuera del marco de la experiencia analítica, a partir del analista que trabaja, que contrarresta la pereza estructural que le otorga su lugar en la transferencia.
La transferencia analítica se dirige al saber, a un Otro que sabe, y precisamente al saber que existe en el inconsciente. Sin embargo, la transferencia de trabajo se dirige a otros, incluso para los que no están o para los que están por venir, “los vivos por venir”(2) dice Miller.
Variaciones de la transferencia de trabajo:
1-Una suerte de histerización que provoca el informe sobre los socios de la Comunidad enseña analíticamente las circunstancias, las formas de hacer con la transferencia de trabajo. Una histerización porque resulta una provocación a despertar a las preguntas, y deseo de Escuela. Un llamado que despierta al trabajo pero que se hace efectivo en la invitación a este, a la participación de diferentes espacios de trabajo. Invitación o ¿inducción? que se produce a partir de continuar con la conversación iniciada en el llamado primero.
Sostener la rama de quien viene atrás en una caminata para que no le de en la cara, puede representar esa “inducción” al trabajo. Ese sostener es indispensable pero no sé si necesariamente como mentor como lo plantea la política de la Juventud. La transferencia de trabajo se viene a abrochar, efectivamente, a partir de los S1 de cada uno, y eso requiere que haya un otro de la Escuela que lo lea. Me preguntaba ¿no hay acaso en los dispositivos, análisis y control, instancias u oportunidades de provocar hacia la transferencia de trabajo de Escuela? ¿Tendrá que ver con la pereza estructural que otorga el lugar de la transferencia?.
2- La transferencia de trabajo y el Instituto:
En su tesis sobre el Instituto, Miller mencionaba que su invento sobre el Instituto se basaba en la misma necesidad que llevó a Lacan en 1976 a renovar el Departamento de Psicoanálisis [de la Universidad de Paris VIII] a fin de, cito, “estimular su Escuela, servirle de incentivo”. La creación del Instituto “¿Por qué fue necesario? Porque el discurso analítico tiende invenciblemente a auto-destruirse. El saber supuesto, que sustenta el psicoanálisis, también lo corroe. Por eso es necesario un lugar a partir del cual el saber expuesto venga a “hacerle la barra”. El Instituto es ese lugar. Allí se verifica, por excelencia, la transferencia de trabajo”(3).
¿Será necesario generar espacios de Escuela para estas transferencias llegadas del Instituto? Sobre esto nos encontramos inventando en la Comunidad Valenciana con el formato de conversación, convocando la enunciación propia en la orientación clínica que ha tomado este intercambio.
3- Será interesante también pensar la transferencia de trabajo en relación a lo intracomunitario, a la transferencia de trabajo entre diferentes regiones de la misma comunidad en vistas a subjetivar sus propias transferencias. En este último tiempo, en la Comunidad Valenciana se establecen los espacios centrales de Escuela en las diferentes ciudades. La puesta en juego del trabajo que involucra el cuerpo, en muchos casos, en sus desplazamientos, sirviéndonos de lo híbrido de la tecnología, está siendo un verdadero aprendizaje para la Comunidad Valenciana. Ya no se trataría tanto de sedes, regiones o actividades deslocalizadas sino de las consecuencias de sostener una transferencia de trabajo.
- Lacan, Jacques, Otros Escritos, Acto de Fundación, Ed Paidos.
- Miller, J-Alain, “El banquete de los analistas”, Ed Paidós, pag 177
- Miller, J-Alain, “Tesis sobre los institutos”, Publicado en Almanaque, revista del Instituto de Psicanálise e Saúde Mental de Minas Gerais, vol. 1. novembro de 1998, p. 3.t.