Invitada: Pilar Cotter, orfebre y joyera.
“Me tengo que aliar con la rotura”
Pilar Cotter
Destacar el valor de los pequeños detalles, aquellos que pasan inadvertidos, es la orientación que Sigmund Freud ha tomado de un crítico de arte, Iván Lermolieff, que escribía bajo el pseudónimo de Giovanni Morelli. Con este método, este autor podía distinguir con seguridad, las copias de los originales. Para Freud, este método se encontraba emparentado con la técnica del Psicoanálisis: el psicoanalista suele “colegir lo secreto y escondido desde unos rasgos menospreciados o no advertidos…”1.
Jacques Allain Miller retoma esta orientación en su curso Los Divinos Detalles, precisamente para remarcar que para el Psicoanálisis, no se trata de ocuparse de la intención de significación, sino de aquel detalle que tanto el artista, como el parlêtre, suelta y que se repite2.
Siguiendo la pista de los Divinos Detalles, que hacen al estilo del artista, inauguramos el pasado 3 de mayo, en Tenerife la primera actividad auspiciada por la ELP, en el marco de las actividades de biblioteca de la Comunidad Valenciana, en el eje “Encuentros con otros decires”.
Nos reunimos con Pilar Cotter, escultora y joyera tinerfeña, quien en su taller acogió nuestra invitación y con sus intervenciones animó la conversación tanto entre los presentes en el taller como quienes asistieron de forma online. A continuación, algunas joyas que nos dejó y sus resonancias:
Estilo y creación
Interrogada por su estilo, Pilar inicia con una elucidación acerca del recorrido creativo y su aproximación tanto a éste como a la pieza. Hablará de los artistas y particularmente de los joyeros como “enfermos del detalle”, enfatizando en sí misma el empuje a “llevar el detalle hasta su última consecuencia”. Esto a través de “lecturas traseras” de las piezas y la “canalización de sus taras, sus fondos…”. Tal parece que en lo que al detalle respecta, no sólo cuenta la “cara visible” de la pieza sino también su envés.
De tal forma, esta relación al detalle que más adelante hilará con “el perfeccionismo”, marca algo del estilo y las “líneas propias” que son las “articulaciones”. Desde allí afirma: “hago lo que me da la gana”, dando cuenta de la posibilidad de “crear desde otro lugar (…) es como una explosión” que implica una detención del pensamiento, un “dejar de pensar y hacer”, evocando entre los oyentes la dimensión de un saber hacer que no es producto de un trabajo de racionalización o de una cuestión intuitiva, sino que refiere a otra cuestión, un “saber no sabido” que se presentifica y constata en la obra. “Pensar con las manos y construir con la cabeza” afirma, situando al pensamiento en otros lugares del cuerpo.
Para Pilar, la creatividad está vinculada a la insistencia e implica una inversión en la cual resaltará el tiempo: “esculpir en el tiempo”, mientras sitúa al del “trabajo con el tiempo”, introduciendo así la cuestión del ritmo y la “paciencia”.
Cuerpo y espacio
Pilar retoma lo que llamará “arte mestizo” a partir de “lo que se desdibuja” en las fronteras entre las artes plásticas, la escultura, la danza, etc. Para ella hay un “lugar compartido en el proceso de creación” así como también un “diálogo del cuerpo”. Así, como escultora y joyera habla de “pasar de la pared al cuerpo y del cuerpo a la pared” afirmando que “son cuestiones de escala y no de lenguaje” y que tiene que ver con “el cuerpo como espacio y la fisicalidad compartida con los lugares que habitamos”. De forma tal que el cuerpo pasa a ser también el espacio que aloja a la obra y lo que se muestra tendrá que ver también con los espacios que ocupa.
Así pues, la pieza creada, que lleva lo más íntimo del artista, es puesta en el campo del Otro, cuando el artista decide soltarla, pasa a “ocupar la mano” de otra manera. “La obra cuando sale, ya no es tuya” afirma, siendo entonces cuando el artista creador torna en espectador y la mirada cobra un estatuto diferente. Convoca también a un movimiento por fuera del “arte ojocentrista”, poniendo en juego cuestiones como el tacto y el sonido. “La obra resuena”.
El detalle en sus “últimas consecuencias”: el error.
Para Pilar, el “error tiene una función” vinculada a “aprovechar la imperfección como lugar donde estar” pudiendo así “incidir en el error”. Dirá: “hay algo de crear trauma en la pieza, las traumaba (…) someter la pieza, traumatizarla… y entonces emerge el suceso” y remata más adelante: “tengo que trabajar con la rotura, aliarme con ella”, tras ser interrogada respecto de los materiales con que trabaja y sus características. La porcelana, particularmente, se caracteriza por su difícil manejo, lo imprevisible de los resultados tras su manipulación y su tendencia a deformarse y romperse.
Pudimos escuchar algo del recorrido de una joven artista interesada en “impactar” a los espectadores y “obsesionada por la perfección”; a una artista capaz de someter las piezas a “situaciones incómodas (…) doblegarlas, replegarlas…”, afirmando que “no todo es goce, también hay sufrimiento” para más adelante poder “adornar, crear belleza en la situación”.
Entre psicoanálisis y arte
En su más reciente exposición, nombrada “A lo que forma”, Pilar dispuso una sala totalmente en blanco, fuertemente iluminada en cuyo centro se ubicaba una larga mesa que alojaba la mayor parte de las piezas. Estaban “colocadas como partituras” cuenta, haciendo hincapié en que “el lenguaje plástico no es de palabras” y cómo puede haber un empuje a “querer contar más de lo necesario” en una exposición.
“La exposición no es la obra”, dirá categórica y agrega “es más importante que la obra (…) es una performance”, hablando también de la exposición como escritura, por tanto, algo dado a leer. Pasar de la pieza ¿letra? a la exposición ¿escritura? de lo más íntimo, una pieza de la propia marca al terreno del Otro en un movimiento dialéctico que retorna, que resuena…
Finalmente, para Pilar este pasaje “no se puede hacer en solitario” sino que implica la compañía, la interlocución del otro que hace que la elucidación sea fecunda. “La conversación, esa escritura que es la exposición ha de ser entre varios” … Entre… resuena también a los psicoanalistas…
Jenirée Marín y Fabiana Lifchitz
- Freud, S. El Moisés de Miguel Ángel. Amorrortu ed. Tomo XIII, Buenos Aires, 1980.
- Miller, Jacques-Alain, Los divinos detalles. Los cursos psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller, Ed. Paidós, Buenos Aires, 2010, p.19.