Que el padre está en cuestión no es novedoso, esta interpelado desde los comienzos del psicoanálisis.
Ante la pregunta de cómo se pensaba como analista, Freud le responde a Abraham Kardiner: “Tengo muchas cosas que me descalifican como un gran analista, una de ellas es que soy mucho el padre.”1
Ya Lacan en los complejos familiares, se refiere a la personalidad del padre como, “Carente siempre de algún modo, ausente, humillada, dividida o postiza”.2
Se adjetiva al padre de diferentes maneras, evaporado, caído, pulverizado, etc., pero seguimos hablando y ocupándonos de él, en este sentido podemos decir el padre aún, todavía.
Aparece una vertiente del exceso del padre del patriarcado, autoritario, arbitrario y una vertiente de defecto del lado del padre caído, débil, falto de límites. Los análisis dan testimonio de estos excesos y defectos. Escuchamos las quejas en relación con el padre, o es muy estricto o permisivo, poco cariñoso o demasiado. Podemos decir no hay el padre que, de la talla, renunciando así al ideal de la medida justa, lo que hace posible la invención.
Lacan no repitió a Freud, se sirve de su obra, pero inventa, para ir más allá, él lo indica claramente “Hagan como yo, no me imiten”.3
Hay muchas versiones del padre, tanto en la obra de Freud como de Lacan como así también en cada caso. En los análisis van apareciendo distintas versiones del padre, los analizantes muchas veces llegan con una versión del padre del lado del ideal para luego advertir otra versión más humana.
Como la novela familiar que es una ficción, una versión singular de la familia, lo importante es lo que cada uno pueda decir. En este sentido Mauricio Tarrabdefine a la pregunta ¿Qué es un padre? como voraz, desmesurada, abrumadora, que apunta al imposible del todo, sin embargo algo se podrá decir.4
Voy a tomar la versión del e- pater a la que hace referencia Lacan en el Seminario 19.5
Ubica al e-pater como la única función decisiva del padre, esta función es la de impactar, asombrar, producir un efecto.
Es el padre que preserva la posibilidad del deseo y dice no al goce bajo su forma mortífera, pero puede decir algo sobre un goce que sea viable. No se trata del padre tirano, arbitrario que impone su goce, pero tampoco del ideal del pater familia sin un goce particularizado, que varía de acuerdo con la época.
Lacan indica algunas coordenadas para rastrear lo que impacta, no tiene que ser el padre carnal, o el hombre, hay que buscarlo en el caso por caso, en las parentalidades de hoy.
A este padre hay que buscarlo, no salta a la vista, no se lo ubica rápidamente. No se trata del padre como brújula, universal, ni es la familia conyugal, jerárquica, ni se trata de ir solo por el lado masculino. Lo importante de esta versión es que siempre habrá algo que impacte, encontrarlo, ayudar a ubicar lo que vendrá en ausencia del padre.
Lo que impacta no puede ser universal, si lo hace, es porque es diferente del resto. Si el capitalismo intenta borrar todas las diferencias, dando la sensación de que todo es igual, me pregunto ¿No resultara difícil que algo impacte?
Vuelvo al comienzo el padre está en cuestión, la familia está en cuestión, pero ¿Qué sucede con la madre?
¿Tenemos que mantener al padre para no quedarnos sin nada ante el estrago materno?
Tomo prestada de Germán García “Si la carencia se cita con el exceso”6, ¿Podemos pensar que la insuficiencia del padre hace entrar los exabruptos de lo real del goce?
Como analistas poner en cuestión no es batallar con esperanza o nostalgia contra lo que acontece, sino estar advertidos y atentos para interpretarlo.
Para finalizar tome una escena de La vida es bella como ejemplo de una versión del padre.
En la segunda guerra mundial, una familia italiana, padre, madre e hijo, son llevados a un campo de concentración.
El padre construye una fantasía para proteger al hijo y le hace creer que todo es un juego.
En esta escena inventa una traducción de las ordenes que da un oficial Nazi.
En el absoluto goce mortífero, el padre puede traducir algo, dar una versión que tiene que ver con la vida, el juego y el humor, por lo tanto, del lado del deseo. Con lo que hay inventa otra realidad, más vivible, más humanizada.
Viviana Rodríguez
- Miller, J. A. El banquete de los analistas, Paidós, Buenos Aires, 2011, 114 p.
- Lacan, J. La familia, Argonauta. Barcelona. 1978, 94 p.
- Lacan, J. Intervenciones y textos 2. Manantial, Buenos Aires, 2010, 81 p.
- Tarrab, M. El decir y lo real. Grama, Buenos Aires, 2023, 84 p.
- Lacan, J. (1971-1972) Seminario 19, … o peor. Paidós, Buenos Aires, 2022, 204 p.
- García,G.https://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-1352-2002-01-31.html